lunes, 11 de agosto de 2014

Castígame

Para ser buena persona, primero debe depurarse la maldad, por las malas.

Y a fuerza de castigo físico, si es necesario. Como en este caso.

Decidiendo ser buena persona, y ya no criticar, juzgar o burlarse de los demás, ese era mi objetivo de ahora en adelante, sólo eso. Respetar hasta al más desconocido individuo que se cruzara por mi camino.

Pero el universo con su omnipotencia, decidió que antes de mi glorioso cambio, debía pagar y enmendar mis errores y actos malignos de antaño, ¿cómo? pues sufriendo una caída que lastimara mi coxis, y me hiciera faltar a clases los primeros 3 días, y una semana después un esguince de tobillo en plena mañana y la vista de todos, mandándome solamente un alma caritativa que me levantara del suelo diciendo "¿estás bien?" "Sí, sí..gracias, gracias" respondí apresuradamente, mientras me levantaba y confirmaba que pudiera seguir moviéndome por mi misma, así lo hice, avancé con normalidad, sintiendo un ligero dolor, era la maldad cayendo a pedazos, el crujido que escuché (y sentí) no fue por la torcedura de mi tobillo, fue por la maldad que aquejaba mis pisadas, fue ahí donde se drenó una parte de mi mala persona.